lunes, 27 de octubre de 2008

El hemisferio de mi pena


Mi pez de color se queda fijo mirando con ojos acuosos
al hemisferio de mi pena;
sobre el más fino de los hilos
los dos colgamos,
colgados, colgados, colgados
en el lazo de la soga del verdugo;
yo me quedo fijo mirando su casa
y él la mía...
debe de tener pensamientos,
¿podéis negar esto?
tiene ojos y hambre
y su amor también
murió en enero; pero él es
de oro, de auténtico oro y yo soy gris
y es indecente invadir su intimidad
tan indecente como quemar melocotones
o violar niños,
y me vuelo y miro a otro lado,
pero sé que él está ahí detrás de mí,
un dorado cáliz de sangre,
una cosa sola
suspendida entre la más roja nube
del purgatorio
y al apt. no. 3003

dios, ¿es posible
que seamos lo mismo?

Pez de color de Charles Bukowski.

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