Regresó a su tedio y llegó a una firme conclusión sin que previamente se hubiera dedicado a buscarla. A partir de aquel momento, se enfrentaría directamente a la verdad y soportaría el vacío y, por consiguiente, aceptaría la muerte. Después de todo, pensó, la verdad se halla del lado de la muerte, siempre lo he dicho. Volvió luego a las partículas de polvo, aquella especie de poesía de lo invisible. Iré más allá de la pereza del infinito, se dijo.
Exploradores del Abismo de Enrique Vila-Matas.
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